Las personas que trabajamos con temas novedosos como, por
ejemplo, el emprendimiento, y aunque sea paradójico, tener ideas creativas e
innovadoras, nos encontramos continuamente con que somos ignorados, con la
condescendencia e incluso con el rechazo agresivo. Da igual la calidad y lógica
de las argumentaciones, no es importante el número de observaciones y
publicaciones que realicemos, nada es suficiente para convencer o simplemente
despertar la curiosidad por las nuevas posibilidades. Y es que cuando surge una
discusión que no llega a buen puerto, no se están contrastando razonamientos,
se enfrentan emociones.
Cuando he tratado, en más de una ocasión, contar mí idea, he
observado que he provocado silencio, ojos en blanco y crítica, esto me ha
provocado pena. Me he llegado a plantear que es muy posible que ni siquiera se
sepa lo que es una idea creativa y parece que la creatividad, aclamada como un
agente de cambio positivo, en realidad hace que la gente se retuerza.
Documentándome:
-
Las ideas creativas son por definición
novedosas, y la novedad puede desencadenar sentimientos de incertidumbre que
hacen que la mayoría de gente se sienta incómoda.
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La gente rechaza ideas creativas en favor de ideas
que son puramente prácticas - probadas y verdaderas.
-
La evidencia objetiva que apuntala la validez de
una propuesta creativa no motiva a la gente a aceptarla.
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El sesgo anti-creatividad es tan sutil que las
personas no son conscientes que puede interferir con su capacidad para
reconocer una idea creativa.
Conclusión:
La incertidumbre conduce a la
búsqueda y generación de ideas creativas, pero la incertidumbre también nos
hace menos capaces de reconocer la creatividad, tal vez cuando más la
necesitamos. La orientación o dirección que toma un asunto, en contra de la
creatividad, puede explicar por qué la gente rechaza ideas creativas y reprime
avances, incluso frente a las fuertes intenciones en sentido contrario.
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